Viernes 4 de julio de 1851 La primera vez que ondeo en Camaguey la bandera de la estrella solitaria



Reunido en la finca San Luis a principios de mayo con revolucionarios procedentes de San Miguel, Guáimaro, Las Minas y Cascorro para ultimar los detalles del alzamiento contra el gobierno peninsular que se realizaría en la sabana de Guanamaquilla el 1 de julio, supo Joaquín de Agüero y Agüero que el Teniente Gobernador de Santa María del Puerto del Príncipe, Mariscal Lemery había ordenado la detención de numerosos camagüeyanos al ser descubierto el movimiento de la la Sociedad Libertadora 


 Tras la noticia decidió Agüero trasladar el lugar del alzamiento inminente hacia un lugar mas apartado al oriente del territorio, situando su campamento en la Loma de Jacinto, unos siete kilómetros al norte de Cascorro y próximo al río Las Piedras, pasando luego hacia la zona del Buen Refugio o Piedra de Juan Sánchez. Sin embargo ese cambio de planes no llegó a todos los complotados y apercibidos, los soldados, montaron emboscadas en los caminos a Guanamaquilla sorprendiendo el 2 de julio al joven Joaquín de Agüero Sánchez, quien llevaba una carta y una bandera enviada por Ana Josefa Agüero Perdomo, esposa de Joaquín de Agüero,en la que le decía ”.....me parece que ninguna ofrenda puede ser mas grata ni mas querida, que la bandera de nuestra patria, así que con placer indecible la proyecté y la trabajé ayer. El portador te dirá mi paradero. Deseo que luego que se hagan fuertes en u punto me mandarán a buscar para tener el placer de serles útil.”
Denunciado el nuevo campamento y con noticias de una fuerte batida del ejército español en la zona, Joaquín de Agüero y sus seguidores se vieron forzados a trasladarse el 26 de julio hacia los montes de la finca San Francisco de Jucaral, en el fundo del hato Gracias a Dios y a unas 4 leguas y media del campamento anterior, lugar donde llegaron batidos por un temporal de fuertes lluvias según relata en su diario Adolfo Pierra Agüero, uno de los revolucionarios en armas.
En este punto se concentraron las partidas de Fernando de Zayas Cisneros, Antonio Galibart, Miguel Benavides y Juan Mateo Ponte. Y aunque Agüero esperaba contar con 400 hombres en realidad solo se le unieron unos 40 dispuestos a la lucha.
Sobre este tema el coronel del Ejército Libertador Francisco Arredondo y Miranda, también periodista e historiador y quien conoció a algunos de aquellos primeros alzados en armas contra la colonia,publicó sobre el hecho una crónica en el periódico El Camagüeyano con fecha el 4 de julio de 1923. 

Según relata Arredondo, fue en San Francisco de Jucaral donde el viernes 4 de julio, frente a la tropa reunida, Joaquín de Agüero dijo que “Siendo este día aniversario del 4 de julio en 1776, fecha histórica del pueblo americano en que proclamó ante el mundo de que de hecho y de derecho deberían ser todos libres e independientes, deseaba que se conmemorara esta gloriosa fecha declarando y proclamando la independencia de Cuba. Declarando que desde este día quedaba extirpada la esclavitud en Cuba”
Ese mismo día, añade el historiador, ondeó por vez primera en los campos camagüeyanos la bandera de la estrella solitaria y por la noche se redactó el acta de independencia.
Desde San Francisco de Jucaral la tropa marcho luego hacia Las Tunas con el fin de atacarla en la noche del 6 de julio, sin embargo faltos de coordinación y con algunas discrepancias internas, las fuerzas cubanas confundidas en la oscuridad combatieron entre si dispersándose.
Joaquín de Agüero quedo solo con 26 hombres acampando en la finca San Carlos con noticias ciertas de tropas españolas sobre su rastro, sin embargo a pesar del peligro decidió permanecer allí en espera de grupos insurrectos procedentes de Nuevitas y Sierra de Cubitas, sin saber que estos, ante la noticia del fracaso en el asalto a Las Tunas, se habían desbandado.
Aun el domingo 13 permanecía Agüero en San Carlos en espera de la persona que les había llevado hasta allí y que desde hacia muchos días se había ausentado para ir por víveres a una tienda cercana. En realidad el traidor les denunció al General Joaquín Manzano, quien venia desde Santiago de Cuba al mando del un escuadrón de Lanceros del Rey y un regimiento de infantería de batallón de Isabel II, Esa misma tarde el campamento, que permanecía sin vigilancia, fue asaltado por los soldados sin que los revolucionarios pudieran hacer resistencia.
“Se vaciló mucho para la defensa, escribió Arredondo Miranda, y a la voz de Joaquín de Agüero de !A la manigua!, pudieron escapar con él solo diez, estableciendo desde allí resistencia y conteniendo a la tropa, pero al cabo solo quedaron con Agüero 5 hombres, uno de ellos herido que murió al siguiente día.
Perseguidos de cerca, extenuados, la partida rebelde llegó a la costa instalándose en una aislada vivienda en Laguna de Guano, cerca de punta de Ganado, lugar donde fueron rodeados a la una de la mañana del miércoles 23 de julio entablándose una corta la lucha, luego de lo cual se rindieron Miguel Castellanos, Fernando de Zayas, Manuel Benavides, y Adolfo Pìerra, emprendiendo la fuga Agüero y Miguel Betancourt, herido. Finalmente todos fueron capturados.
Cuarenta y cinco días después, el martes 12 de agosto de 1851, fueron fusilados en la sabana de Caridad de Méndez, los principales jefes de la Junta Revolucionaria de Puerto Príncipe, Joaquín de Agüero, Fernando de Zayaz, Miguel Benavides y Tomar Betancourt,
Bien merece la pena para honor de los camagüeyanos mantener una bandera cubana ondeando eterna en San Francisco de Jucaral, lugar hoy olvidado y junto a la tumba de cada uno de os héroes que la enarbolaron en nuestra tierra por vez primera y que murieron por ella.

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