!!!Aquellas recetas médicas!!!



Estaba pensando en que hoy cualquier criollo te habla de medicamentos y tratamientos médicos con la soltura de un máster en la materia. Y es que en eso de diagnosticar enfermedades y emitir recetarios, pocos le ponen un pie delante a los cubanos, quienes por lo general creemos que nos las sabemos todas.

Claro es que hoy tenem os tanta la información y tanta la cultura sanitaria que ahora todo nos parece la cosa más natural del mundo, sin embargo hace muchos años las cosa no era así y los médicos, boticarios y curanderos, que también eran sangradores, sacamulelas, barberos y hasta comadrones, tenían a mano solo un puñado de medicamentos, buenas intensiones y algo de suerte.


Por ejemplo, allá por el siglo VIII si tenías un dolor en un costado, o acaso una pulmonía, la receta consistía en empella de puerco cruda  mezclada con miel macerada en un paño. Tomabas la mitad de ese liquido resultante y esperabas media hora, luego de ese tiempo se le agregaba un poco de miel de caña, malva, sauco, jabón de Castilla, sal y orines, de lo que tomabas tres tazas. Si pasada media hora el jarabe no surtía efecto, repites la dosis.

Ahora bien, para casos de llagas y erupciones en la piel la cosa era más sencilla púes bastaba con una libra de raíces de zarza, dos de raíz de ateje y dos de aserrín de guayacán, de cuyas porciones se hacían quince partes, una para cada día de la quincena. Para tomar debías hervir la cantidad diaria en dos botellas de agua hasta que quede reducida a una

 Se toma por agua común y si no alcanza se alterna con agua de tinajón. Los productos de esta receta se guardaban para, al cabo de los treinta días, colocar todo eso en una botella de ron de Jamaica, a la que se le vierte una onza de goma de guayacán y se deja la botella al sol y al sereno por tres días, luego se cuela y se le agrega una cucharadita de sublimado corrosivo. Se toma una cucharada al día.

No me lo pregunte porque en verdad no sé que hace el sublimado corrosivo en esta receta, como no sea  arrancar la piel.

Y mire, le ofrezco una receta criolla utilizada en el 1800 para curar las dolencias de la vista.Lo primero es encerrar al paciente en una habitación echándole en los ojos humo de tabaco por espacio de media hora mañana y tarde fumado por diferentes personas. Después de un mes con ese tratamiento se toma una hoja de marquisé y se molina con un gramo de sal colocándose en un paño fino, esprimiéndose sobre los ojos ese liquido todos los días por espacio de tres o cuatro meses hasta que la parte del velo o la nube en la vista desaparezca.
¿Sencillo y económico, verdad?

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