La mujer desnuda en la calle

Cine Avellaneda
En realidad y mirando bien las cosas, aquello fue un tremendo gancho publicitario, aunque puede que sus organizadores no llegaron a calcular sus consecuencias. Les cuento.

A principios de octubre de 1937, la empresa propietaria del teatro Guerrero, comenzó a anunciar la exhibición, para el 26 del propio mes, de una película titulada La mujer desnuda en la calle. Decían los carteles profusamente distribuidos e intencionados por los periódicos de la ciudad; “Vea y admire el más fabuloso espectáculo de todos los tiempos. Maravillosas mujeres duchas en el arte de amar protagonizando la película que causo conmoción en Hollywood. Muñecas de carne y hueso actuando para usted. Pasión, romance, atrevidas escenas donde el arte se conjuga con la realidad.”
Pero eso no es todo, porque lo más excitante era aquello que decía; “Una sola función para hombres solos y jóvenes mayores de 21 años de edad, siempre que sean autorizados por sus padres. Tanda corrida desde las tres de la tarde, Veinte centavos la luneta. El martes 26 será el gran día. ¡Esta será una película nunca vista y que jamás podrá volver a ver!”.

Sala del Cine Avellaneda
Imagínense aquel tumulto en la ciudad porque nadie, solteros, casados y viudos, jóvenes y viejos, quisieron perderse la película a pesar de la mala cara que les pusieron beatas y moralistas, quienes intentaron boicotear la cinta acusándola de peligrosa para la moral de la familia, y más aun cuando la prensa y las carteleras comenzaron a publicar fotografías de mujeres medio en cueros mostrando discretamente, y no tan discretamente, ésta o aquella parte del cuerpo. Aquello fue un escándalo. Para quedar, bien la empresa cinematográfica se apresuró en aclarar que  la película era absolutamente moral y dentro de los cánones permitidos al arte, donde no había lujuria ni Kamasutra.

Bueno, pues el 26, lleno completo. A las 2.30 de la tarde no cabía un alfiler en la sala cinematográfica, y ni decir de los cientos de personas que se quedaron en la calle inundando prácticamente toda la Plaza de La Merced por no poder entrar en la primera tanda. Se mandó a buscar a una pareja del  Tercio Táctico para que a plan de machete organizara la fila de entrada.  A las 3 en punto comenzó la función, pero he aquí que quince minutos después el público que estaba en el interior de la sala pretendió darle candela al cine y linchar  al proyeccionista y a un chino que tenia allí un kiosco para la venta de pudines. La policía entró y desalojo a palos el lugar arremetiendo para dispersar el tumulto con la ayuda del Ejército custodiando por muchas horas más el edificio.

Al siguiente día la prensa al comentar el suceso explicó que la causa del motín se debió a que, “Como la película no respondió a lo que se esperaba, el publico se consideró engañado, pues no aparecieron aquellas imágenes que se esperaban podrían ver. Los empresarios del cine señalaron que la película en verdad se llama “Cómo se nace y cómo se muere”, por lo que es una cinta científica sobre el nacimiento de las personas y en ella aparece niñas al momento de nacer. El dinero le será devuelto a quienes presenten los tiques comprobantes”. Bueno, ahora pienso que en la publicidad hubo algo ve verdad anunció que “Esta será una película nunca vista y que jamás volverá a ver” y seguro que jamás la iban a volver a ver.

1 comentario:

  1. Apreciado Eduardo,

    He mencionado su artículo "La mujer desnuda en la calle" en mi apunte "Francesc Roca i el cinema: "Como venimos al mundo" (1934)" [ http://enarchenhologos.blogspot.com.es/2013/03/francesc-roca-i-el-cinema-como-venimos.html ] de mi blog.

    El artículo es en catalán, peró si clica en el globo terráqueo que encontrara en la barra lateral derecha de mi blog obtendrá una aceptable traducción del texto.

    Le felicito por su trabajo y le envío un cordial saludo.

    Enric H. March

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